Escuchar VIRUS es sumergirse a un extraño mundo abstracto, en un éxtasis de calma profunda, un desdoblamiento del cuerpo hacia lo desconocido, paz y caos en un perfecto equilibrio musical, locura bizarra en una fantástica convergencia de armonía y disonancia como la poesía misma irradiando poderosos sonidos inspirados de un orgasmo en la carretera a la deriva y aun así con simples palabras nunca podría explicar la verdadera naturaleza de las emociones producidas por el deleite sonoro que es escuchar VIRUS.
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